Ante estos hechos de innegable veracidad, “la violación cotidiana” a la cual somos arbitrariamente sometidos pero no por ello foráneos de culpa ya que como se comenta en calles, plazas y aulas: “Todo estado es el reflejo de su sociedad” Sociedad: Dícese del espacio común donde termino yo y empieza el. El: Refiérase al señor lector. Yo: Hace referencia a los que escriben el presente artículo, dadas las diferentes circunstancias en las cuales sucede cada caso particular de esta índole, todos y todas en algún momento hemos sentido la vivida tentación de gritarle a quien comete dicho abuso implícito o explicito ¡ANIMAL! Hay quienes incluso osan la valentía de hacerlo, pero ciertamente tienen razón tanto los que lo callan como quienes no se hacen prisioneros de dichos sentimientos de rabia, es un país de animales, aquí unos ejemplos:
- La reforma a la ley 30, la cual es tan absurda como la ley de obligar a los patos a usar pantalón corto. [Trataremos más a fondo esta en nuestra próxima entrega]
- Todo lo que sucede en este país tiene una asociación para nada tácita con algún animal; El famoso efelante en cierta campaña presidencial y el ahora poco conocido potro causante de la creación de un grupo armado por cierto personajito siniestro amante de los mismos.
- Aquellos que inocentemente usan aceras de baño, no hablo de usted o de alguien de que usted conozca, digamos que son los otros, ya que una particularidad de esta sociedad es “Seguro fueron otros”
- Las siniestras estampidas para ingresar a transporte público, lugares públicos, baños públicos, etc.
- Las jaurías ante promociones, descuentos, 2X1 o simples rifas de pueblo, son como aves de rapiña nunca es suficiente.
- Son un sin fin de múltiples ejemplos para demostrar la animalización de nuestro hábitat, quizás solo mencionamos los más evidentes, los demás quedaran a su imaginación y a su nivel de observación fáctica.
¿Por qué lo hiciste Bolívar? Abriste las rejas de esta nuestra Zoolombia.
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